Oración de consagración de médicos católicos al Sagrado Corazón de Jesús, escrita por el Padre Benoît Guédas, Rector del Santuario de Paray le Monial, y proclamada en Roma el 21 de junio de 2019.
Jesús, amable y humilde de corazón,
Quien desde toda la eternidad habita en el corazón del Padre,
Tú, que en el vientre de la Virgen, te has dejado formar un corazón como el nuestro, Amado Hijo del Padre que nos amó con el corazón de un hombre,
Tú, que has derramado tu corazón a la miseria de hombres y mujeres, sufriendo de cuerpo y alma,
Tú, que no has venido a por los buenos, sino a por los enfermos, que has escuchado los corazones afligidos,
Tú que has dado la bienvenida a aquellos que trabajaron bajo el peso de la carga, que los has aliviado con tu corazón dulce y humilde.
Tú, que has transformado el corazón de piedra en un corazón de carne,
Tú que has permitido que el discípulo amado descanse en tu corazón,
Tú, que le has permitido escuchar los latidos de tu corazón,
Tú que nos llamas a amar como nos amas,
Tú que has sufrido en tu corazón y en tu carne indignaciones y escupidas, flagelaciones y humillaciones, la carga de la cruz y la crucifixión,
Tú, cuyo corazón fue traspasado, tú que nos has amado hasta el final,
Tú, que en la herida de tu costado nos introduces a una nueva vida, Tú, que difundes por el don del Espíritu tu amor en los corazones de los creyentes.
Tú, que levantas testigos de tu amor en toda la tierra, Jesús, amable y humilde de corazón,
Los médicos de todo el mundo queremos ir a tu escuela:
para tomarte como nuestro modelo y como nuestra guía, como nuestro maestro y nuestro amigo, como nuestro Señor y nuestro Dios,
Queremos extraer de tu corazón la gracia de amar como amas y de servir a nuestros hermanos como los has servido.
Corazón de Jesús, corazón que late profundamente en nuestros corazones y en cada vida humana creada a tu imagen y semejanza.
Danos reconocer la dignidad de toda vida humana, protegerla y cuidarla, aliviarla y curarla.
Corazón de Jesús, corazón que te has dejado formar en el corazón de María,
Danos un corazón de sabiduría e inteligencia que se base en el discernimiento y en la virtud de la Palabra de Dios para amar y servir.
Corazón de Jesús, que trabajó con las manos de los hombres, amó con el corazón de un hombre. Haz que pongamos a tu servicio y al de nuestros hermanos las habilidades para buscar con un corazón sincero lo mejor para cuidar a los enfermos
Corazón de Jesús, corazón que se inclina sobre nuestro corazón.
Danos un corazón de compasión para no alejarnos de la miseria de nuestros hermanos sufrientes y para darnos la alegría de servir antes de ser servidos.
Corazón de Jesús, cerca de quien encontramos descanso,
Danos un corazón lleno de oración para atraer en tu amor dulzura y paz, la fuerza para seguir con valentía nuestra misión y sabiduría para aceptar nuestras limitaciones humanas.
Corazón de Jesús, traspasado en la cruz,
Danos un corazón de humildad: que de nuestras propias heridas y debilidades podamos aceptar la fragilidad de quienes nos rodean y las actitudes adecuadas para aliviarlas. Danos el reconocimiento de nuestros errores y acepta la ayuda de nuestras familias y cónyuges, nuestros hijos y nuestros pacientes, los cuidadores. Permítenos perseguir juntos la búsqueda del bien común.
Corazón de Jesús, del cual brotan sangre y agua.
Danos un corazón de sabiduría y fortaleza para mostrar todo nuestro talento y habilidades al servicio de la vida eterna y las buenas nuevas de la salvación.
Corazón de Jesús, signo del amor del Padre, fuente de la cual brota el Espíritu,
derrama la caridad en nuestros corazones para que con nuestras acciones y palabras podamos responder a su llamado de amar, cuidar y servir a nuestros hermanos y hermanas enfermos; alentar, dirigir y fortalecer a los miembros de nuestros equipos de cuidado y familias como Los serviste, cuidaste y amaste.
A través del inmaculado corazón de María, nosotros, médicos de toda la tierra, nos dedicamos a su corazón para amarlo y servirle.
Jesús, amable y humilde de corazón, haz nuestros corazones como los tuyos.
