A raíz de los avances de las ciencias y la tecnología, especialmente en el campo de la procreación con asistencia científica, se han llegado a generar nuevas posibilidades de controlar y manipular la vida humana, lo que ha despertado nuevos y viejos debates. El discurso eugenésico desde la antigüedad ha buscado el perfeccionamiento del ser humano, bien sea eliminando a los no aptos (eugenesia negativa), o seleccionando a los mejores y potenciando algunas capacidades (eugenesia positiva); estos discursos que tienden a deshumanizar al hombre, hasta el momento solían identificarse con conductas propias de Estados totalitarios, que al ser analizadas en espacios liberales-democráticos resultaban valoradas como delictivas, pues atentaban directamente contra la vida, la dignidad y la libertad de los individuos, los cuales claramente eran instrumentalizados por el Estado, que se encargaba de señalar cuál era el estándar de calidad que buscaba en sus ciudadanos. Sin embargo, hoy en el mundo se habla de la eugenesia liberal, una expresión polémica, pues las acciones que esta promueve guardan la misma lógica de la eugenesia autoritaria, pero ha recibido una mayor aceptación, y se ha dicho que promueve el progreso y las libertades individuales, solo porque las personas pueden acceder a ella sin que medie el Estado, el cual solo entraría a cumplir un papel de facilitador, cuando los individuos exijan la eugenesia como derecho.
No obstante, los cuestionamientos que se generan particularmente sobre el sentido de libertad que se promueve en la eugenesia liberal no son pocos, pues en esta se exalta la autonomía y el individualismo, se olvida el principio de responsabilidad, genera colisión de derechos, crea desigualdad, afecta a las generaciones futuras y tiende a crear nuevas exigencias en términos de Derechos Humanos. Por tanto, esta nueva realidad aparece como un reto que cuestiona el papel del mismo Estado, que recordemos ha sido uno de los grandes temas dentro de la filosofía política; son muchos los intentos por darle sustento, por explicar su naturaleza, su origen, pero sin lugar a dudas buena parte de lo que se ha debatido es cómo lograr cierta armonía o equilibrio, entre la función que tiene el Estado de regular la sociedad, protegiendo los Derechos Humanos, particularmente la vida, la libertad y la igualdad, y a su vez mantener el necesario respeto por las esferas de libertad propias de cada individuo; en este sentido se ha discutido cuál debe ser su función y su alcance. En suma, hay dos cuestiones centrales que esta investigación pretende abordar: en primer lugar, aclarar si el Estado debe ser neutral o debe ser interventor en materia de la eugenesia para garantizar la libertad; y en segundo lugar, si puede hablarse realmente de una eugenesia liberal, y más aún, si es liberal su concepción de libertad.