Dr. José María Simón Castellví
Presidente de la FIAMC (2006-2014)
Miembro del Consejo Pontificio para los Agentes de Salud
Desde el punto de vista físico-químico el origen de la vida sobre el planeta Tierra se puede reducir al origen de la macromolécula ADN (ácido desoxirribonucleico). Es la molécula más compleja y difícil de sintetizar. Si descubrimos cómo apareció, casi lo sabremos todo.
Todos los vivientes de la Tierra, desde la pantera hasta el ser humano, pasando por los peces, los árboles o las bacterias, tenemos ADN en el interior de nuestras células. Esta macromolécula contiene la mayor parte de nuestra información genética. Pasa a los descendientes como herencia, información a largo plazo.
El ADN contiene las instrucciones genéticas utilizadas en el desarrollo y funcionamiento de todos los organismos vivos y algunos virus. Es un polímero compuesto de unidades simples (los nucleótidos) como si fueran vagones en un largo convoy de carga. Cada vagón es un nucleótido. Cada nucleótido está formado por el azúcar desoxirribosa, una base nitrogenada (adenina, timina, citosina o guanina) y un grupo fosfato que actúa como enganche con el vagón siguiente.
Lo que distingue a un vagón (nucleótido) de otro es la base nitrogenada (son cuatro) y así la secuencia del ADN se nombra nombrando solo la secuencia de sus bases. El ADN es una doble cadena de nucleótidos en la que las dos hebras están unidas entre sí por un puente de hidrógeno. El ordenamiento de los cuatro tipos de vagones a lo largo del tren es lo que codifica la información genética. Por ejemplo, ATCGATCG…
En ADN humano está agrupado en el núcleo de las células en 23 pares de cromosomas. Se halla ovillado pero no enredado.
Los seres vivientes, desde el punto de vista atómico, somos una combinación de carbono (C), oxígeno (O), hidrógeno (H) y otros átomos. Los átomos correspondientes de estos productos en un ser humano no cuestan más de un euro…
Sobre la Tierra se hallan cientos de miles de especies vegetales, algún millón de especies animales y casi medio millón de especies de insectos distintas. Todos tenemos ADN. Lo que diferencia a una especie de otra es la distinta secuencia de nucleótidos y la longitud de la cadena de ADN de cada una.
Cada célula de un organismo contiene la misma cadena de ADN (en longitud y secuencia). El ADN es un plano para producir proteínas. Las proteínas, a su vez, se componen de aminoácidos. El ADN humano contiene indicaciones para la secuencia de aminoácidos de unas 50.000 proteínas distintas. Las proteínas tienen funciones estructurales o funciones reguladoras (mensajeros). El tipo y el número de los aminoácidos (20) empleados para la organización de cadenas proteicas parece han permanecido invariables desde el comienzo de la vida sobre el planeta.
Los genes, o pedazos de ADN que codifican información para generar proteínas, que no se necesitan están reprimidos. Así, las células de la piel tienen reprimidos genes que están en activo en células hepáticas, por ejemplo. En cada célula hay autenticas fábricas químicas que funcionan con exactitud matemática. Es asombrosa la exactitud con la que funcionan todos los mecanismos que de un óvulo fecundado producirán un ser humano adulto. También existe un mecanismo de reparación continua del ADN.
Para la formación de un gen son necesarios unos 1500 nucleótidos o vagones. Un humano tiene unos 20.500 genes. El genoma haploide humano tiene una longitud de 3200 millones de pares de bases.
Parece que la vida sobre la Tierra apareció hace 3000 o 4000 millones de años. ¿Pudo aparecer el ADN por sí mismo en las condiciones de la Tierra primitiva? ¿Una materia previa inerte pudo autoorganizarse y dar lugar a la naturaleza y al hombre?
Hoy podemos sintetizar ADN por copolicondensación, como bien afirma Bruno Vollmert en “La molécula y la vida” (Gedisa, 1998), un tratado que me ha inspirado. Pero, ¿es razonable admitir que se originó al azar una cadena polimérica de entre 30.000-50.000 elementos estructurales diferentes en una determinada sucesión? Las matemáticas dan una probabilidad de 1/10 elevado a 1000. Muy baja para los pocos millones de años de tiempo disponibles. Para hacernos una idea de estas magnitudes, comparémoslas con 10 elevado a 83, que es el número total de átomos que hay en el universo (este dato también lo da Vollmert).
Para la aparición por azar de la combinación justa de nucleótidos de una bacteria común como la E. coli se necesitarían 10 elevado a dos millones cuatrocientos mil pruebas (Vollmert). Sin embargo, el tiempo desde el Big Bang, el comienzo del universo es de 10 elevado a 17 segundos…
Cientos de veces se han reproducido las condiciones de la Tierra primitiva aplicando descargas eléctricas diversas al Caldo primitivo de Miller (metano, amoniaco, hidrógeno). Se han obtenido algunas sustancias interesantes: formaldehído, ácido acético, glucosa, glicina, alanina, polímeros albuminoides, pero no mucho más. Ni una triste proteína.
¿Cómo apareció el ADN? Desde luego tuvo que estar bien protegido, como lo está en el interior de las células por las paredes celulares. Si no, el agua hubiera roto la cadena fácilmente (hidrólisis).
¿Se puede aceptar acríticamente que un día apareció el ADN y posteriormente, por mutación, selección y elongación de la cadena de ADN aparecieron las especies? Las mutaciones no dejan de ser reacciones químicas. Cambios de secuencia en la cadena de ADN. Pero por otra parte el ADN es una macromolécula que se mantiene bastante estable puesto que está protegida y hay proteínas que la reparan continuamente. Además, hay una protección especial al final de cada cadena.
Me parece que no ha habido tiempo para las infinitas pruebas que se necesitan para que aparezca la vida, aparezcan los millones de especies y se forme el ser humano. Y aun perdure.
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