Frente a los desastres natural ocurridos en Japón y en Ecuador, la impotencia y la desesperación parecieran apoderarse de cada persona, ya que poco se puede hacer una vez destruidas una ciudad y con ella las vidas de sus pobladores. Muchas familias han sido destruidas, y las que han quedado vivas, sufren pérdidas materiales, junto con la escasez de alimentos y provisiones. Rezamos por ellos, y nos comprometemos a ayudar desde nuestra profesión. Por medio de las Embajadas estaremos dispuestos a ofrecer lo que consideren que podamos entregar. No hay muchas palabras para atender estas necesidades, sino actos concretos. Convocamos a todas las personas de fe a elevar una oración especial para que los que están sufriendo en estos momentos no se desanimen. Elevamos pues nuestra plegaria a Dios por intermedio de la virgen de Guadalupe, patrona de América Latina http://www.famclam.org/index.php