Ponencia de la Subsecretaria Gambino en el X Congreso “Familia para todos”
Con motivo del Día Internacional de la Familia, el Centro de la Familia de la Pontificia Universidad Católica de Chile organizó el X Congreso “Familia para todos”: el evento, que se realizó por videoconferencia y en el que participaron más de 200 representantes de diversos centros universitarios y de pastoral familiar de Chile, contó con la presencia de la subsecretaria Gabriella Gambino con una ponencia sobre los vínculos familiares en la era digital.
“La pandemia de los últimos tres meses nos ha hecho experimentar de una sola vez las desventajas y ventajas de la tecnología”, señaló la Subsecretaria, haciendo hincapié en cómo “el trabajo desde casa, la posibilidad de que muchos niños y jóvenes utilicen medios informáticos para poder ser seguidos por los profesores y continuar, al menos en parte, las lecciones organizadas por la escuela; el uso de las redes sociales para seguir manteniendo el contacto con familiares y amigos lejanos, todo esto ha tenido el efecto de mantenernos, en cierto modo, unidos a nuestras comunidades de referencia”. Sin embargo, continúa la Sra. Gambino, “somos muy conscientes de lo mucho que nos ha faltado el contacto humano y físico con las personas que son un punto de referencia cotidiano para nosotros: colegas, amigos, familiares, la comunidad cristiana, nuestros pastores. No se puede vivir mucho tiempo sin una verdadera comunión. Ni los individuos, ni las familias, primera cédula de la sociedad, miembros vivos del Pueblo de Dios en camino, pueden privarse de ella”.
De la misma manera, añadió, “cuando esta época de pandemia termine, tendremos que ayudar a nuestros hijos a recuperar la belleza de la comunión con sus amigos, sus compañeros de escuela, los maestros y la comunidad. Por eso es bueno que nos mantengamos cerca de ellos y que ya desde ahora los alejemos de las pantallas durante unas horas al día para ayudarles a entender el significado de lo que estamos viviendo, el significado de sus sentimientos y de sus pensamientos. Este tiempo, en el fondo, nos ha enseñado que no podemos seguir distrayéndonos con las cosas sin importancia que normalmente nos abruman. “El Señor, – concluyó la Subsecretaria – nos ha dado tiempo para detenernos, para reflexionar en silencio, para encontrar el Espíritu”. El texto completo