Coincidiendo con la JMJ 2023, la FIAMC decidió organizar un campamento para jóvenes estudiantes de medicina y jóvenes médicos católicos 4 días antes del inicio de esta, con el objetivo de formarnos en temas como la vocación, bioética y liderazgo y así construir con fundamento una base sólida de cara a nuestro futuro profesional, en el que nos enfrentaremos a situaciones complejas desde el punto de vista ético, y más siendo cristianos.
Allí, en Portugal (Azambuja) donde tuvo lugar el encuentro, tuvimos la oportunidad de conocer a jóvenes de todo el mundo (Brasil, Croacia, Eslovaquia, Eslovenia, Países Bajos, Estados Unidos, etc.) y de compartir con ellos desde nuestra opinión en determinados problemas éticos de hoy en día, y conocer las culturas de cada uno y poco a poco ir forjando una amistad.
Hemos podido formar una sólida opinión sobre temas de bioética que afectan a los médicos de hoy en día y que dentro de nada nos afectaran a nosotros. Precisamente por eso creo que es muy importante la formación hemos recibido aquí de cara al futuro, porque la vamos a necesitar el día de mañana para defender la verdad y la dignidad de las personas en un mundo que quiere lo contrario: mentira y maldad.
Creemos que es un proyecto prometedor y que todo estudiante de medicina debería hacer. Es muy importante discutir estas cosas en grupo, hacerse preguntas y poner en común ideas que compartimos o incluso inquietudes por nuestro país. Al final, al ser cada uno de un país nos enriquecemos con la cultura de otros, comparamos la situación que cada uno vive en su país y lo más importante, damos apoyo y consejo unos a otros.
Puede ser muy solitario ser médico y católico tú solo en tu hospital, y es más fácil dejarse llevar por la opinión de los demás y ceder en tus creencias; pero tener la certeza de que hay más gente que piensa como tú, que tiene unos principios de bioética y que quiere llevar a Dios a sus pacientes, te reconforta, motiva y reafirma tu vocación: ser instrumento de Dios a través de la medicina, no solo en el lado teórico y práctico, sino en el humano. Ya que un buen médico no solo sabe curar sino que sabe consolar y escuchar cuando la persona así lo requiere.
Creemos que los médicos podemos hacer mucho bien por las personas, tenemos la ventaja de que la gente nos cree ciegamente, confían en nosotros y en los diagnósticos y tratamientos que damos, qué mejor que enseñarles en Quién confiamos nosotros, Quién es el que les ama por encima de todo.
Ana Navarrete (Estudiante de 4ª de Medicina en la Universidad Francisco de Vitoria, Madrid).
Almudena Soto-Largo (Estudiante de 3º de Medicina en la Universidad Rey Juan Carlos, Madrid).