Graves problemas éticos.
Recientemente se ha informado que Bayer ha tenido que desembolsar 1800 millones de dólares para indemnizar a 8900 mujeres de Estados Unidos, por haber padecido problemas médicos, incluso la muerte, como consecuencia de haber utilizado algunos de sus productos contraceptivos, como Yasmin o Yar, que contienen drospirenona.
Bayer en el informe financiero para sus accionistas del segundo semestre de 2014, reconoce que las afectadas habían sufrido afecciones personales, alguna de ellas fatales, especialmente problemas tromboembólicos, sin duda los más prevalentes, tras el uso de este tipo de contraceptivos.
Además de las 8900 demandas resueltas, con fecha 9 de julio, Bayer manifestaba que tiene otras 5000 demandas por resolver.
Pero lo que más nos sorprende de esta noticia, en sí muy dolorosa, es que el riesgo de padecer efectos tromboembólicos por el uso de Yasmin ya era conocido desde hace más de una década.
En efecto, Yasmin es un contraceptivo oral, que contiene etinilestradiol y drospirenona, que fue lanzado al mercado por Bayer y aprobado por la Unión Europea en el año 2000 (BMJ,2002;324,869).
Paradójicamente promovió su uso porque los responsables de la farmacéutica alemana pensaban que podía tener menos efectos secundarios tromboembólicos que otros contraceptivos hasta entonces utilizados.
Sin embargo, ya en 2003 se describieron cinco casos de tromboembolismo en mujeres, justo a los pocos dias de haber iniciado el uso de Yasmin (BMJ 2003; 326,257).
También nosotros describimos en ese mismo año 2003 el caso de una mujer joven de 21 años, que a los 15 dias después de haber empezado a tomar Yasmin con finalidad anticonceptiva, sintió molestias en el brazo derecho, con disminución de la sensibilidad, síntomas que persistieron al menos 24 horas y que fueron relacionados con la posible existencia de un accidente cerebrovascular. Posiblemente ésta fue la primera vez que se asociaba el uso de Yasmin a un problema isquémico cerebral (Thrombosis Research 2003; 112,121).
Lo que parece sorprendente es que cuando ya en 2003 se detectaron los primeros accidentes tromboembólicos secundarios al uso de Yasmin , se siguió recetando y usando, como lo demuestra el que solamente en Estados Unidos, alrededor de 14.000 mujeres hayan sufrido problemas por su uso, que pueden ser muchas más, pues solamente se contabilizaron las que tramitaron la demanda a Bayer.
En este caso, vemos aquí entre otros, dos graves problemas éticos. El primero es que seguramente no se informó a las mujeres de los riesgos que usar el Yasmin comportaba, y el segundo es la laxitud de las autoridades sanitarias por permitir seguir utilizando un fármaco, que ya desde 2003 se conocía que podía conllevar importantes riesgos médicos, el principal problemas tromboembólicos.
¿Se puede pensar que si al utilizar otro producto de Bayer, por ejemplo la aspirina, se hubieran evidenciado efectos secundarios tan graves no se habría retirado del mercado rápidamente?
Creemos que en el fondo no es solamente la firma farmacéutica, en este caso Bayer, la que con indudable falta de ética comercial siguió distribuyendo un fármaco que le proporcionaba pingües beneficios, sino también la sociedad en general que se muestra muy reacia a manifestarse en contra del uso de un contraceptivo, seguramente porque si así lo hace se pudiera pensar que se va en contra de la libertad sexual de la mujer, cuando lo que únicamente se perseguía es proteger su salud.
Justo Aznar y Julio Tudela
lnstituto de Ciencias de la Vida
Universidad Católica de Valencia

http://www.observatoriobioetica.org/

Yasmin: Anticonceptivos y trombosis. ¿Se informa bien de los riesgos de utilizar determinados contraceptivos?
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Relevancia

SINOPSIS: Bayer tiene la responsabilidad porque, con indudable falta de ética comercial y farmacéutica, siguió distribuyendo un fármaco que le proporcionaba pingües beneficios, sino también la sociedad en general que se muestra muy reacia a manifestarse en contra del uso de un contraceptivo, seguramente porque si así lo hace se pudiera pensar que se va en contra de la libertad sexual de la mujer, cuando lo que únicamente se perseguía es proteger su salud.