En esta semana se está celebrando el quinto aniversario de la encíclica del papa Francisco Laudato si´. Sobre el cuidado de la casa común y cualquiera puede pensar que el Papa es realmente pionero y controvertido. En lo que lleva de pontificado, ha denunciado situaciones de injusticia, despierta la anestesiada conciencia europea que cierra sus fronteras a inmigrantes que huyen del terror y la muerte y desde hace ya cinco años, como si fuera algo novedoso para la máxima representación del magisterio católico, habla de por qué hay que tener un comportamiento sostenible. La realidad es que ni es nuevo que los papas hablen de conciencia ecológica, ya que sus predecesores lo habían hecho antes, ni la situación de insostenibilidad está desconectada de las grandes alarmas sociales como la pandemia originada por el COVID-19, el hambre, la extrema pobreza, la explotación de personas o el terrorismo, a las que se está refiriendo diariamente Francisco.
El Papa a través de su carta encíclica, escrita en castellano con el estilo directo y sencillo que le caracteriza, se dirige a todos los hombres y mujeres, y no sólo a los católicos, y nos invita a reflexionar “sobre el cuidado de la casa común”, nuestro planeta Tierra y todos sus habitantes.
La actual crisis sanitaria, a pesar del sufrimiento que ha causado, nos ha mostrado que en el planeta todos somos interdependientes. Concepto el de la “interdependencia” que está latente en toda la encíclica y que es necesario para la comprensión y la resolución de los problemas socioambientales. Ni el ser humano es independiente de otros seres vivos, ni las personas somos totalmente independientes. Dependemos todos unos de otros y en estos momentos de crisis sanitaria y climática, dependemos de un firme compromiso comunitario e individual para conseguir un planeta más justo, más sano y más sostenible, que sea realmente la casa común de todos.
Francisco, en la Laudato si´, muestra como la raíz de la actual crisis ambiental y social es de tipo antropológico. El ser humano se ha erigido como propietario del planeta, usando y abusando de los recursos, sin considerar o sin importarle las consecuencias de su comportamiento dominador. Cuando el Papa nos invita a la conversión ecológica, nos está invitando a un cambio de visión y de conducta. En definitiva a un cambio de paradigma. Salir de una visión miope y reduccionista, que no es capaz de analizar las consecuencias de las acciones y pasar a una visión global y planetaria. El Papa muestra como los problemas ecológicos y el calentamiento global, afectan y afectarán más, a los más pobres y vulnerables. El Papa sugiere dejar la visión fragmentaria que parcela la realidad y propone contemplar el planeta de forma global, advirtiendo las múltiples interdependencias que existen entre las personas entre sí y con los sistemas naturales, con la convicción de que en el mundo todo está conectado. Cuando habla de ecología, no se refiere a la ciencia que estudia los ecosistemas, o de forma más rudimentaria al consumo de productos ecológicos, sino que emplea la expresión de ecología integral, que abarca simultáneamente la dimensión social, medioambiental, económica y cultural de la sostenibilidad.
Como se recoge en la introducción los ejes de la encíclica son “buscar otros modos de entender la economía y el progreso, el valor propio de cada criatura, el sentido humano de la ecología, la necesidad de debates sinceros y honestos, la grave responsabilidad de la política internacional y local, la cultura del descarte y la propuesta de un nuevo estilo de vida.”
La conversión ecológica supone contemplar el planeta con nuevos ojos, con una nueva mirada más agradecida y más humilde que nos lleva a sentirnos más interdependientes. Esta mirada no es infantil, sino profunda y madura porque advierte la realidad de forma global con sus múltiples interconexiones y conduce a un comportamiento más cuidadoso, más austero y más solidario. En definitiva esta nueva visión y este comportamiento, es un cambio de paradigma al estilo franciscano.
Dra. Sílvia Albareda Tiana salbareda@uic.es
