Dr. Alejandro Ridruejo
Antiguo Presidente de la Hermandad Médico-Farmacéutica de los santos Cosme y Damián de Burgos y Madrid
En varios puntos de España se comienza a promover la Eutanasia. De popularizarse desaparecerá la seguridad en los Centros Sanitarios y podemos llegar a la situación de no poder saber si a un enfermo se lo ha llevado la enfermedad o el sistema, pues la Eutanasia puede llamar la atención de ciertos políticos para reducir el gasto sanitario.
Esta práctica socava la confianza que el médico debe prestar e igualmente socava la confianza en la justicia.
Citaré el caso de Holanda. En 2.002 se legaliza ésta práctica calculándose que se practican 20.000 eutanasias anualmente. El 80% de los médicos de cabecera han practicado la Eutanasia en éste país y también es práctica común negar operaciones cardíacas a niños con Síndrome de Down o la implantación de marcapasos a personas mayores de 75 años lo cual recuerda la época del nacional socialismo nazi: así lo han reconocido políticos de primera línea de Italia y en Francia recientemente se han firmado declaraciones contra la eutanasia.
Marcelo Palacios, Presidente de la Sociedad Internacional de Bioética se ha pronunciado a través de Europa Press promocionando la eutanasia y ha recibido la respuesta del Presidente de la Federación Internacional de Asociaciones Médicas Católicas José Mª Simón Castellví, el cual manifiesta: “La eutanasia es un mal que tiene una eficaz vacuna que son los Cuidados Paliativos”.
Otro frente proviene del Presidente del Colegio de Médicos de Barcelona que se manifiesta como médico proeutanasia.
Recuerdo que hace dos años quedó manifiesta la actuación de varios facultativos del Hospital Severo Ochoa de Leganés en el Servicio de Urgencias donde era frecuente esta practica y que fue examinada y desaprobada por personas muy ilustres, inteligentes y libres como el Cirujano Dr. Moreno, el internista Serrano Rios, de Madrid.
Hay cosas muy hermosas en la naturaleza y en la vida de las personas: una tarde dorada, la llama del fuego en la noche, la nieve o la niebla, el amor, la bondad que encierran el misterio de la vida que se enfrenta a toda una cultura de muerte que sentencia con aires de estoicismo: Caminante no hay camino.