Fundamentos Biológicos en el Síntoma post aborto
Autora: Mgt. Dra. Raquel Graciela Bolton
Ponencia ante la Cámara de Diputados de la Nación Argentina, por el Debate en la Despenalización del Aborto. 10 de Abril 2018.
El recién concebido tiene características propias con patrimonio genético único e irrepetible, que lo individualiza como exclusivo de la especie humana. Este nuevo genoma del que está dotado el embrión unicelular, posee una finalidad biológica que le es propia, dándole identidad de fin en sí mismo.
Aportes científicos-biológicos aportan evidencias, señalando que no estamos en presencia de un ser humano en potencia, estamos en presencia de un único proceso de vida que es continuo, gradual y coordinado, dado en el mismo individuo.
Desde el momento de unión de los pronúcleos femenino y masculino la individualidad cromosómica, determina una realidad biológica con una autogénesis individualizada y controlada activamente.
Inmediatamente después de la fecundación, comienza junto al desarrollo celular, un diálogo madre-hijo que profundizará una relación difícil de olvidar por la intimidad provocada y la misma biología.
En el primer día el embrión comienza a comunicarse con la madre a través de un diálogo molecular, las moléculas interactúan con receptores que se encuentran en la trompas y en respuesta, éstas producen sustancias.
De no existir un sistema inmunológico tolerante por parte de la madre, el embrión sería espontáneamente rechazado, pero gracias a la presencia de una nueva vida, son desactivados todos los procesos biológicos naturales que defienden a la madre contra todo cuerpo extraño.
Ya desde este momento del desarrollo se pone en evidencia que el embrión se autoprograma, observándose que en los primeros estadios da señales de su presencia, preparando las futuras etapas de gestación.
En el día tres, el embrión está formado por ocho células, éstas comienzan a diferenciarse, células pluripontenciales en distintos procesos de maduración. En estado de blastocisto – quinto día- comienza a prepararse para su recorrido en dirección a la cavidad uterina.
En las distintas etapas de la vida, distintos fenómenos acompañan la vida celular, proliferación, diferenciación y muerte programada de células embrionarias; la diferenciación es el proceso que origina la diversidad celular mediante la adquisición de diferentes funciones por grupos de células. En su mayor parte este proceso se da, o al menos se inicia, en el desarrollo embrionario.”[1]
El embrión es inicialmente autosuficiente hasta implantarse en el útero recién a los 7 días de vida, es en este momento que se han reproducido sus células más de 200 veces, siendo algunas de ellas destinadas a formar la placenta, mientras que otras seguirán el desarrollo coordinado y progresivo en el embrión.
Moléculas de superficie, complementarias de las de la piel del embrión, indicarían el recorrido que debe seguir el embrión por las Trompas y el lugar donde debe detenerse para anidar.
En la primera semana se produce la implantación: diálogo tisular. El embrión en su penetración en la segunda capa del útero (el endometrio), ocasiona la liberación de sangre de los vasos capilares de la madre; cada nueva organización en el endometrio presenta capacidades de modo que cada nivel de desarrollo en siempre más que la simple suma o mezcla de los materiales de partida.
La nueva vida ya está compuesta por cientos de células y ha desarrollado una hormona protectora que evita el rechazo de este nuevo ser por parte del cuerpo de la madre.
Entre las semanas once y doce, semanas donde algunos protocolos indican la práctica del aborto, el feto respira y exhala el fluido amniótico, aparecen las uñas, se despierta y duerme cuando la madre lo hace.
En la semana dieciséis la madre comienza a sentir los movimientos de su hijo, que se irán haciendo más fuertes a medida que avanza el desarrollo.
Los órganos genitales se aprecian con toda claridad.
La ciencia aporta hallazgos notables acerca de la íntima relación madre-hijo, haciendo referencia a aquellos factores que intervienen en la determinación de la ontogenia y que dan lugar a un diálogo epigenético, estudios científicos han revelado la aparición de cambios epigenéticos, llamados así por ser determinados por el ambiente celular, permitiendo que algunos genes se expresen o no de acuerdo a condiciones externas.
La investigación perinatal, sigue aportando estudios que avalan la relación materno filial desde una visión epigenética, sobre todo en la formación de los vasos nuevos que se generan en la placenta.
Justamente, por la gran conexión materno-fetal existen riesgos biológicos para la vida intrauterina, es por ello importante que se realicen los controles médicos en la mujer embarazada y que se le brinde por parte del profesional que la asiste, la información correspondiente sobre el efecto que el consumo de fármacos o sustancias psicoactivas provoca en el embarazo. Se observa en este tipo de embarazos, que son considerados de alto riesgo, una mayor incidencia de partos prematuros y de bajo peso al nacer.
En el II Congreso Uruguayo de Neonatología, en el año 2007 fue presentado un estudio con indicadores significativos que aportaron marcadores biológicos presentes en el meconio (término médico utilizado para referirse a las primeras heces del recién nacido, las cuales estaban compuestas de líquido amniótico, moco y lanugo, o sea el vello fino que cubre el cuerpo del bebé):
Este estudio, pone en evidencia científica una población que nunca es considerada… los fetos, dejando bien en claro que al nacer esos bebes son alcanzados en la vida intrauterina, por el uso de sustancias ingeridas por la madre durante la gestación.
Poner en evidencia el peligro que conlleva un aborto y sus secuelas físicas y psíquicas, puede dar paso a asumir una realidad dolorosa y poder sanar una historia.
Esta dimensión humana y comunitaria, permite ser acompañada por personas que desde lo profesional asistan a la mujer que aborta y a la familia que ha sufrido el impacto del hecho.
La mujer que ha abortado tiene la experiencia de una muerte no reconocida…no ha podido ver el cuerpo muerto de su hijo, como tampoco elaborar el duelo.
Un nuevo paradigma cultural muestra cómo conductas delictivas y no reconocidas por el sentido moral, llegan a ser respetadas y permitidas por la sociedad a través de múltiples transgresiones, una de ellas es la eliminación deliberada y directa de una vida humana en su fase inicial. El aborto es uno de los temas más debatidos en distintos países del mundo, en su esencia lleva implícito un mensaje… legitimar la muerte de seres humanos inocentes.
Aborto: Impacto sobre la pareja, los hijos y la sociedad
Suprimir una vida conlleva a secuelas físicas y psicológicas difíciles de olvidar, ya sea por los métodos utilizados para abortar o por las complicaciones inmediatas que ponen en peligro futuros embarazos. Si bien un embarazo que es producto de una violación, es en sí, una situación sumamente traumática, abortar aumenta el dolor ya experimentado por la mujer, debido al desgarro que se produce en lo profundo de su ser por la vida arrancada de su propio cuerpo; experiencia que sólo evidencia que la misma naturaleza ha sido profanada.
No hay libertad donde se destruye una vida concebida que aún no ha nacido, ni vida asumida en plenitud donde se quita la libertad a un ser indefenso que no puede expresarse con su voz.
Frente al aborto el hombre también experimenta distintas sensaciones, que tienen que ver con el gran vacío que provoca la muerte de un hijo, sensación que se agrava si no hubo una consulta previa a la práctica del mismo.
Estados profundos de tristeza, frecuentes pesadillas, ausencias en los lugares de trabajo y estudio, lo llevan a “abortar momentos de su vida”, producto de resentimientos que pueden llevar incluso a una fractura con su pareja.
Los hijos nacidos también reciben el impacto de la muerte de un bebé…alguien formaba parte de la familia y ya no está. La culpabilidad de los padres da lugar a una distancia emocional que es percibida por los hijos frente a la ausencia de un hermano. Bajo rendimiento escolar, frecuentes pesadillas, conductas agresivas y regresivas forman parte de un cuadro que hace impacto en la relación con los padres y el entorno.
El no prevenir acerca de las consecuencias psicopatológicas que entraña la realización de un aborto, las posibles complicaciones de las técnicas abortivas y su práctica, ocasiona que con el tiempo el personal de salud pueda experimentar el remordimiento por el acto realizado, ya que su vocación de origen fue una invitación a servir a la vida.
El Dr. Bernard Nathanson, hijo de un prestigioso médico judío, se graduó de médico en 1949 y fue responsable de 75.000 abortos:
“He abortado a los hijos no nacidos de amigos, colegas, conocidos e incluso profesores. Llegué incluso a abortar a mi propio hijo”, lloró amargamente el médico, quien explicó que a la mitad de la década de los sesenta “dejó encinta a una mujer que lo quería mucho. Ella quería seguir adelante con el embarazo pero él se negó. Puesto que yo era uno de los expertos en el tema, yo mismo realizaría el aborto, le expliqué. Y así lo hice”.
Sin embargo, a partir de ese suceso las cosas empezaron a cambiar. Dejó la clínica abortista y pasó a ser jefe de obstetricia del Hospital de St. Luke´s. La nueva tecnología, el ultrasonido, hacía su aparición en el ámbito médico. El día en que Nathanson pudo observar el corazón del feto en los monitores electrónicos, comenzó a plantearse por vez primera qué era lo que estábamos haciendo verdaderamente en la clínica. Decidió reconocer su error.”[2]
Durante muchos años, sintió el peso de los abortos practicados que se hacía cada vez más gravoso y persistente. Esto lo motivó a comenzar un camino espiritual que lo llevó a bautizarse en 1996, falleciendo el 21 de febrero de 2011. Fue reconocido mundialmente por haber sido uno de los principales promotores del aborto y luego converso al catolicismo, se convirtió en ardiente defensor de la vida.
Un enfoque bioético brindará la posibilidad de fundamentar desde lo científico, antropológico y ético una realidad que duele pero necesita ser comunicada y compartida. Para ésto, es necesario comprender qué pasa en la vida humana en sus fases iniciales y las relaciones que se van gestando durante su desarrollo.
“Puesto que el desarrollo biológico es ininterrumpido y se actúa sin una mutación cualitativa intrínseca y sin que se necesite una ulterior intervención que lo origine, se debe decir que la nueva entidad constituye un nuevo individuo humano que desde el instante de la concepción prosigue su ciclo o, mejor dicho, su curva vital. La autogénesis del embrión se efectúa de manera tal que la fase sucesiva no elimina a la anterior, sino que la absorbe y la desarrolla según una ley biológica individualizada y activamente controlada.”
El aborto no solo deja huellas en el cuerpo, lo hace también en el corazón de todos los que están involucrados en él.
[1] Moratalla, Natalia López- Iraburu Elizalde, María J. “Los quince primeros días de una vida humana. Ediciones Universidad de Navarra, S.A. España. Segunda Edición 2006.
[2] Parte del relato del Dr. Bernard Nathanson: Cuando la “ Mano de Dios” alcanzó al “ Rey del aborto”www.aciprensa.com