Con el lema “Acompañar en la soledad” este próximo domingo, 17 de mayo, la Iglesia celebra la Pascua del Enfermo. Hemos hablado con dos personas muy ligadas a la Pastoral de la Salud en nuestra Diócesis, Sonia Cabanas, de la Unidad Pastoral (UP) Sestao, que colabora en las tareas que tienen que ver con el área de Caridad y Justicia y es acompañante y parte del grupo de Pastoral de la Salud y Goyi Martínez de Basauri, en nombre del grupo de Pastoral de la Salud de la UP San Fausto.
Cabanas explica que desde que se celebró el Día del Enfermo, el 11 de febrero, hasta este 17 de mayo, los grupos de Pastoral de la Salud viven un tiempo especial, “en el que reconocemos y experimentamos el amor sanador de Jesús, acompañando a nuestros enfermos”. Cabanas reconoce que la situación que estamos viviendo hoy en día en el mundo nos ha hecho darnos cuenta “de que somos vulnerables y de que todos podemos estar enfermos. Además –añade- nos ha hecho caer en cuenta que la mayor de las enfermedades es la soledad precisamente”. Señala que “cuando estamos en el final de nuestros días y cuando estamos enfermos es cuando más necesitamos esa compañía” y es por eso que los grupos cobran mayor fuerza y sentido “esa presencia acompañando a los enfermos, siendo enviados por la Iglesia, por una comunidad que se hace hogar o casa para todas esas personas acogiéndolas, escuchándolas, consolándolas y dándoles esperanza también en el fina de los días”. Para Cabanas, un mensaje para esta Pascua es que, ya que nos hemos dado cuenta de nuestra fragilidad, “también podemos ser conscientes de nuestra capacidad para acompañar, para ser generosos y sostener a otros en los momentos de debilidad como lo hizo el Buen Samaritano”.
Sufrir la soledad
Por otro lado, Goyi Martínez, en nombre del grupo de Agentes de Pastoral de la Salud de la UP de Basauri-San Fausto explica que este año, debido a la pandemia del Covid 19, el lema de la jornada “Acompañar en la soledad” no puede ser posible en muchos casos, ya que “los enfermos y hospitalizados por este virus han sufrido y siguen sufriendo en soledad, aislados de sus seres más queridos y lamentablemente muchos de ellos falleciendo y en las peores circunstancias para ellos y sus familiares. A nosotros –dice- nos queda, sobre todo, la oración, que el Señor resucitado conceda la sanación integral a los que aún están sufriendo la enfermedad y a sus familias consuelo y paz y sobre todo para los difuntos el Señor les conceda el descanso eterno”.
“Recibimos mucho más de lo que damos”
El grupo de Basauri tiene una gran actividad a lo largo del curso: talleres, reuniones quincenales y Eucaristías en las residencias Etxe Maitia y Bizkotxalde y, además, en Adviento y Cuaresma redoblan su asistencia con celebraciones de la Palabra e Imposición de la Ceniza y todos los domingos del año, excepto en agosto, llevan la comunión a la residencia Etxe Maitia y les acompañan en la Eucaristía. Hacen visitas a enfermos y mayores, participan en cursillos, etc. Y en estos meses de confinamiento y alarma sanitaria han escrito cartas a las residencias “y hemos echado mano del teléfono para interesarnos y acompañar a algunas personas”, añade. “Nuestra misión -concluye Goyi Martínez- es muy sencilla: los enfermos y ancianos necesitan de nuestro servicio, cercanía y cariño. El Señor se hace presente en ellos y nos pide a los cristianos y cristianas un compromiso de ayuda tanto espiritual como humana. Necesitamos también savia nueva. Nos gustaría poder ampliar y enriquecer el grupo. Ánimo. Al final recibimos muchísimo más de lo que damos”.
http://www.bizkeliza.org/noticia/la-soledad-una-enfermedad-mas-extendida-que-la-covid-19/