“Un nuevo capítulo al Servicio de la Fe y de la Medicina” Palabras del Presidente: Dr. Fabián Romano
Consorcio de Médicos Católicos de Buenos Aires
Mensaje del Presidente
Estimados y queridos colegas:
Es para mí un honor asumir la presidencia del Consorcio de Médicos Católicos de la mano de la Dra. Elena Passo, quien me acompaña en la vicepresidencia, junto a todos los profesionales que integran la comisión, nobles personas comprometidas en el ejercicio de la ciencia basada en la fe.
Esta institución fundada en 1929 ha sido pilar y guía para tantos profesionales de la salud, como también lo fue para la sociedad, siendo consecuente con los desafíos que presentó cada momento a lo largo de la historia.
Fueron sus fundadores y sus distinguidos miembros los que hasta nuestros días y desde su vocación, han buscado servir con excelencia profesional y con profundo compromiso, basados en los valores cristianos, y fieles al Magisterio de la Iglesia.
“La actualidad y la mirada puesta en el futuro”
Vivimos este nuevo período que comienza no solo como una oportunidad para continuar con el legado de quienes nos precedieron, sino también como un llamado a renovar nuestra misión a la luz de los desafíos contemporáneos. Este es el punto crucial que quiere marcar el rumbo de esta nueva conducción. En un mundo donde los avances científicos nos presentan dilemas éticos cada vez más complejos y, donde la humanidad se ve vulnerada por la crisis de la salud, la justicia y los valores, los médicos católicos tenemos el deber y el privilegio de ser testigos de esperanza, agentes de compasión y protectores de la vida humana en todas sus etapas, muy especialmente desde el inicio hasta la muerte natural.
“Nuestros objetivos, hoy más que nunca, se tornan claros y urgentes”
- En tiempos como los que hoy nos tocan vivir, debemos ser referentes en la integración de los conceptos de Medicina y Fe, inspirando no solo con nuestro saber profesional, sino también, con nuestro testimonio personal.
- Es necesario promover espacios de formación ética y espiritual juntos con otras instituciones, siempre fieles al Magisterio de la Iglesia, para que fortalezcan nuestra identidad como médicos comprometidos con el bien común, poniendo en el centro a la persona del paciente, a sus familias y a los enfermos y sufrientes que buscan salud, consuelo y alivio.
- En relación con los colegas, creemos necesario generar una comunión que forme redes de apoyo y reflexión seria y profunda, que enriquezcan nuestra labor diaria.
- Reconocer a Cristo sufriente en el rostro de aquellos a quienes estamos llamados a servir con amor y respeto. No debemos olvidarnos de ello, ya que muchas veces este signo puede quedar solapado por lo intempestivo de los tiempos y la rutina del trabajo.
- Debemos tener en cuenta que esta asociación de médicos que tiene objetivos precisos, no debe ser autorreferencial; sino que, nutridos como profesionales que llevan adelante una misión específica, se manifieste como un faro que ilumine a toda persona de buena voluntad que busca en el ejercicio de la medicina, el bien y la verdad.
“La alegría y el interés en ser parte de esta asociación”
Pertenecer a esta comunidad de profesionales no es buscar un privilegio, sino una responsabilidad. Es vivir nuestra profesión con un sentido de vocación y de trascendencia.
Por ello, quiero invitar a todos los médicos que comparten esta visión a a unirse a nuestros proyectos, a sumarse a este caminar conjunto donde la ciencia y la espiritualidad convergen para dar lo mejor de nosotros al servicio de la dignidad de las personas.
Adhiriendo a las palabras del Papa Francisco, entendemos que “la misión del médico católico es un verdadero apostolado, una labor que exige ciencia, conciencia y humanidad” (Audiencia con la Federación Internacional de Médicos Católicos, 20 de septiembre de 2019)
Creo que es un momento propicio para despertar inquietudes, compartir talentos, sumar voluntades, invitar a profesionales entusiasmados y comprometidos a construir y sostener esta comunidad de fe con solidez y compromiso.
Agradezco profundamente la confianza depositada en mí y en todos los que llevamos adelante este proyecto durante este nuevo período.
Le pedimos a nuestro Padre Dios que nos guíe y que seamos instrumentos para iluminar los desafíos actuales. Y nos ponemos en los brazos de María, que con su amor de madre nos proteja y nos fortalezca en cada acto que llevemos adelante.
Que, en el ejercicio de nuestra tarea como Médicos Católicos, dejemos huella indeleble en la sociedad, y seamos fieles a la historia y a los objetivos de nuestra institución.
Con gratitud, humildad y anhelo, los saludo y los espero.
Dr. Fabián A. Romano
Presidente del Consorcio de Médicos Católicos de Buenos Aires