MIÉRCOLES, 13 DE MARZO DE 2013
Gran sorpresa por la elección del papa argentino Bergoglio
Por Salvador Aragonés
Otra vez el Cónclave ha dado una gran sorpresa al elegir un Papa que ha roto las quinielas. El papa Jorge Mario Bergoglio, hasta ayer arzobispo de Buenos Aires, es el primer papa no europeo, el primer papa de América Latina, el primer papa jesuita y el primer papa que se pone el nombre de Francisco, ejemplo de humildad pobreza y sencillez. La sorpresa ha sido mayúscula, porque si bien se consideraba papable al cardenal Bergoglio, no parecía que los cardenales hubieran elegido al arzobispo de Buenos aires por su edad avanzada, pues tiene 76 años. El papa Ratzinger tenía 78 años. También esta rápida elección de papa (cuatro votaciones), en el llamado “Cónclave más incierto de la historia reciente”, ha desmentido los hechos, pues los cardenales, en sus reuniones previas al Cónclave lo tenían claro: tenían claro lo que necesita la Iglesia, la Curia Romana, y el mundo moderno. Han elegido al papa Francisco, que no tiene ninguna experiencia en el gobierno de la Curia de Roma, pero sí que es un hombre de gobierno, es un hombre sencillo, que vive personalmente pobre, que se preocupa mucho por la juventud (de hecho deberá presidir en su continente, en Brasil, la próxima Jornada Mundial de la Juventud el verano próximo), deberá by CouponDropDown” href=”http://salvadoraragones.blogspot.com.es/2013/03/gran-sorpresa-por-la-eleccion-del-papa.html#”>perfil del hombre que debería regir los destinos de la Iglesia en los próximos años: un hombre de edad madura, de una fuerte formación teológica, de amplia experiencia pastoral, muy interesado en fomentar las vocaciones, y encima religioso jesuita. Ya fue candidato en el Cónclave de 2005, pero entonces los cardenales electores prefirieron al cardenal Ratzinger como mejor sucesor de Juan Pablo II de quien fue estrechísimo colaborador. Se ha visto en la primera imagen del papa que no es una persona gesticulante, sino austero en las formas, como lo es él en su vida, y tampoco ha hecho un discurso populista, sino que ha pedido que el pueblo de Roma y los católicos rezaran por él y se ha encomendado a la Virgen, dado que es conocida su gran devoción a la Virgen de Luján, patrona de Argentina. De su sencillez habla también el nombre que se ha puesto: Francisco I, en recuerdo del gran santo italiano de Asís, que vivió en la pobreza y para los pobres, en una sencillez espiritual y personal muy grande. Una vez más se ha cumplido el dicho romano de que “quien entra en un Cónclave papa, sale cardenal”. Las quinielas una vez más han fallado porque los periodistas no hemos tenido información de lo que hablaban los cardenales dentro de las congregaciones generales, en el pre-Cónclave. Han sido necesarias cuatro votaciones (la primera del martes era simplemente de tanteo) para conocer la voluntad de los cardenales. Estoy seguro que Benedicto XVI, el papa Emérito, se habrá alegrado mucho de la elección del papa Francisco I. Se quieren mucho y el nuevo papa lo ha demostrado con sus primeras palabras. La Iglesia, y con ella el Espíritu Santo,sigue dando grandes sorpresas al mundo. Y el mundo espera mucho de este papa, y él lo sabe. Por eso, en su primera salida al balcón de San Pedro, Francisco I traslucía emoción y sencillez.